La ortoqueratología, más conocida como Orto-K, es uno de los avances más interesantes en el cuidado visual de las últimas décadas. Se trata de un tratamiento seguro, reversible y no quirúrgico que permite corregir la miopía (y otros defectos visuales) mientras duermes, liberándote de gafas o lentillas durante el día.
En Óptica y Visión, somos especialistas en este procedimiento y en este artículo queremos explicarte, de forma clara y completa, qué es, cómo funciona, para quién es ideal y por qué está ganando popularidad entre adultos y, especialmente, entre niños y adolescentes.
¿Qué es la ortoqueratología (Orto-K)?
La Orto-K consiste en el uso de lentes de contacto rígidas permeables al gas diseñadas a medida que se colocan antes de dormir. Durante la noche, estas lentes moldean suavemente la curvatura de la córnea, corrigiendo el defecto refractivo.
El resultado: al despertarte y retirar las lentes, podrás ver nítidamente durante todo el día sin necesidad de gafas o lentillas.
La técnica no es nueva, pero los avances en materiales, diseño y medición ocular han hecho que hoy sea más segura, efectiva y cómoda que nunca.
Cómo funciona la Orto-K
La clave de la ortoqueratología está en moldear la córnea temporalmente. La córnea es la superficie transparente que cubre el ojo y que tiene una forma que influye en cómo la luz se enfoca en la retina.
En personas con miopía, la córnea suele ser demasiado curva, lo que provoca que la luz se enfoque delante de la retina. Las lentes Orto-K corrigen esto creando una forma más plana, de manera controlada y precisa.
Al ser un cambio temporal y reversible, es necesario usar las lentes cada noche para mantener la corrección. Si se dejan de usar, la córnea vuelve gradualmente a su forma original en pocos días.
Beneficios de la Orto-K
Libertad durante el día: olvídate de gafas y lentillas mientras trabajas, estudias o practicas deporte.
Eficaz en control de miopía infantil: múltiples estudios demuestran que puede ralentizar significativamente la progresión de la miopía en niños y adolescentes.
Seguridad: no implica cirugía ni cambios permanentes en el ojo.
Reversibilidad: si no te adaptas o prefieres otro método, puedes dejar de usarla sin consecuencias a largo plazo.
Comodidad para deportistas: ideal para quienes practican natación, ciclismo, artes marciales o deportes de contacto
Candidatos ideales para Orto-K
Aunque la ortoqueratología está especialmente recomendada para niños y adolescentes con miopía progresiva, también es una gran opción para:
- Adultos que no quieren usar gafas ni lentillas diarias.
- Personas que no son candidatas a cirugía láser.
- Profesionales que necesitan una visión libre de dispositivos ópticos (bomberos, pilotos, sanitarios…).
- Deportistas y personas activas que encuentran incómodo el uso de gafas.
Mitos y realidades sobre la Orto-K
Mito: “Es incómodo dormir con lentes rígidas.”
Realidad: la mayoría de los usuarios se adaptan en pocos días y no notan molestias mientras duermen.
Mito: “Es peligroso para los niños.”
Realidad: con una buena higiene y revisiones periódicas, es seguro incluso para pacientes jóvenes.
Mito: “Solo corrige la miopía.”
Realidad: también puede corregir astigmatismo y, en algunos casos, hipermetropía leve.
Cuidados y mantenimiento
El éxito y la seguridad del tratamiento dependen en gran parte del cuidado de las lentes:
Sigue el calendario de revisiones recomendado.
Limpia las lentes cada mañana tras retirarlas con soluciones específicas.
Guarda las lentes en estuche con líquido de mantenimiento.
Lávate bien las manos antes de manipularlas.
Resultados y expectativas
En la mayoría de los casos, la mejora de la visión es notable desde la primera noche, aunque el efecto óptimo se alcanza en unos 7-10 días de uso constante.
Para niños con miopía progresiva, la Orto-K no solo mejora la visión, sino que también actúa como estrategia de prevención a largo plazo, reduciendo el riesgo de patologías asociadas a miopías elevadas en la edad adulta.